Lo verdaderamente importante ya no es lo que pasó, y tampoco lo que pasará, sino lo que está pasando justo ahora.
⠀
Entender esto me ha costado mucho. Demasiado.
⠀
Porque, como todos, muchas veces me dejo arrastrar por la ola de cosas por hacer, por los estímulos constantes del exterior, por cómo me enseñaron que "debían" ser las cosas.
Y, hasta por cómo, en efecto, se "dan" las cosas. Por los pendientes, los compromisos, los temores, ansiedades y preocupaciones, por el día a día.
⠀
Incluso, por hacerme creer a mí misma el -imaginario- hecho de que los días están solo "pasando", y que eso devenga en la sensación de que hay que hacerlo todo ya, porque el tiempo va muy rápido y se está "acabando".
⠀
Hasta que, luego de no haber vivido, sino sobrevivido siempre en automático, al final, lo único que termina pasando justo en frente de nuestras narices es, precisamente, la vida.
⠀
Y, al entrar en este mood de No-Presencia, pasamos de ser "seres" humanos a convertirnos en, como leí por ahí: "haceres" humanos. ¿Por qué? Porque para ser, hay que estar.
⠀
Estar en plenitud de sentidos, en totalidad de consciencia y experiencia, en concentración, en disfrute, y en vivencia. Pero lo olvidamos, olvidamos ser, estar, vivir.
⠀
Sin tener presente que, mientras más conscientes seamos, y realmente estemos, seremos capaces de ver todo con mayor claridad.
⠀
De alcanzar la tranquilidad, de decidir al sentir y seguir nuestro instinto, y un sinfín de posibilidades que se abren y son posibles solo con, y, a través, de la presencia plena.
⠀
¡Hoy quiero invitarte a que no te lo pierdas! No esperes hasta el final para mirar atrás y darte cuenta. No dejes que todo haya pasado, y tú no hayas (realmente) estado aquí.
⠀
Con amor, Ultra Violeta.
Comentarios
Publicar un comentario