Hoy es el día mundial del hermano.Y yo tengo 3 hermanos maravillosos a quienes amo: Servia, Carmen y Félix. Yo soy la menor.
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Como escribió José Hernández en el Martín Fierro: "Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera, en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera".
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La gente dice que no se aprende por cabeza ajena, pero, ¡hay que ver todo lo que contar con sus experiencias y camino previo me ha enseñado, salvado y evitado!
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Lo que su amor y protección me ha contenido. Lo que su ejemplo me ha guiado e inspirado. Lo que sus valores y logros me enorgullecen y motivan a ser cada vez mejor.
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Las etapas que he vivido en mi niñez y adolescencia, en convivencia con ellos, me han marcado para siempre. Ahora, de “grande”, lo veo aún más, evidencio lo que debo trabajar en mí con mayor facilidad.
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Ellos son la referencia cuando miro atrás. Y el apoyo cuando miro a los lados. Elijo lo que quiero tomar y lo que no quiero repetir o ser, y, eso, me ha permitido descubrirme y reconocerme en mi unicidad, aún dentro de la manada.
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Eso somos: una manada, una tribu, una sola fuerza, una familia. Tenerlos, me ha permitido ser una especie de "mezcla" de todos ellos, pero, que no es realmente igual a ninguno, y, eso, es un poder especial.
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Siendo ahora todos hombres y mujeres experimentamos la vida de otra manera pero siempre juntos.
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Todos tenemos responsabilidades, metas, proyecciones diferentes, e, incluso, miles de kilómetros que nos "separan", pero, sin importar nuestras diferencias, o las dificultades, siempre estamos, uno para todos y todos para uno, como los mosqueteros, aunque seamos 4.
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El agradecimiento a Dios y a la vida, va extendido a mis padres, por regalármelos.
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Por hacernos a todos seres humanos maravillosos, educados profesionalmente, pero, aún más, en valores. Unidos así, por una especie de hilo mágico irrompible: nuestros cimientos familiares, que son sólidos como una piedra.
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Como nuestro vínculo, que se llama con la fuerza de la sangre que nos corre por las venas, porque es la fuerza de la lealtad y el amor incondicional, y no hay mayor fuerza que esa.
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Los amo.
Su Violetica.
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