Empecé en la UCAB estudiando Derecho. Porque, aunque sabía lo que quería, no tuve la valentía para ir por ello desde el principio.
Nadie me presionó, pero sentía que debía elegir entre ser Abogada como mis hermanas, o Aduanera como mi hermano. Para mí era algo “tácito”.
Como hija menor, hasta ese momento, se me había enseñado que lo correcto era caminar solo por donde otros ya habían pisado. A seguir senderos solo si ya habían sido recorridos.
Tenía miedo de salirme de “lo seguro”, intentar algo diferente, construir mi propia ruta de vida, marcar mis huellas, confiando solo en mí.
Hasta que, un día, tomé la mejor decisión. Elegir por mí, por mis sueños. Seguir a mi corazón, que estaba loco por mostrarme que hacer “lo que yo quería” sería mejor que solo hacerlo porque “otros ya lo habían hecho”.
Al enfrentar a mis papás, les pedí disculpas, y hasta perdón. Sabía que habían hecho un gran esfuerzo para pagar mi primer año completo, así, de una vez, confiando en mí.
Sentir que los defraudaba me perturbó al punto de ensayar mil veces cómo se los iba a decir. Y, hasta a plantearme no hacerlo, y quedarme ahí.
Pero más me perturbaba defraudarme a mí.
Con todos mis exámenes y notas hasta el momento en mano, 18, 17, 20, 19. Y, con voz entrecortada les dije:
«Así voy hasta ahora, pero, esto no es lo que yo quiero para mí».
Serenos me dijeron: «Ya sabíamos, no te gusta eso. Te apoyamos en el cambio».
Y luego, el ultimátum: «Eso sí, piénsalo bien. Más que por el dinero, es por la disciplina, no vas a ir dejando todo a medias».
«Me cambiaré a la escuela de Comunicación Social. Lo que yo quiero ser es una Periodista», dije.
Me retiré de Derecho al final del primer semestre. Metí mis papeles como nuevo ingreso en la Facultad de Humanidades y Educación. Quedé.
Aún sin saber exactamente cómo saldrá algo, solo en tu corazón reside el equilibrio perfecto: instinto/intuición. Y, de ahí, nace la única certeza necesaria para ser feliz.
Así, sin comenzarla, mi carrera ya me había dado el primer gran aprendizaje de vida: atrévete a vivir siempre con «coraje», es decir, echando el corazón por delante.
-U.V-
Me encanta.
ResponderEliminar