Así como hay un tiempo para la introspección, la tranquilidad y la espera, un tiempo para confiar, soltar, fluir y "dejar que pase", hay, también, un tiempo para hacer que pase, para decidir, sostener, comandar, movernos, para actuar.
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Lo mágico es que esos tiempos, -no siempre-, son excluyentes entre sí. Encuentra el balance entre ambos y, ese equilibrio, te mostrará maravillas inimaginables.
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La vida es dinámica, cíclica, nada es estático. Todo lo natural es cambiante, transformable y poderoso, nosotros también.
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Confía, pide el deseo, y, tú mismo (a) hazlo realidad.
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Ultra Violeta.
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